Nuestra primera excursión nos llevó a los pueblos indígenas de S. Juan Chamula y Zinacantán. El guía que nos acompañó nos explicó muchas de las creencias y costumbres de las comunidades Tzotziles (descendientes de los antiguos mayas) que habitan estos dos pueblos. Lo mejor de todo fue el ritual que seguían dentro de la iglesia, y la lástima que no se pudiera hacer fotos.
Al día siguiente fuimos al Cañón del Sumidero. La excursión se hacía en la lancha y durante dos horas recorrimos el cañón. ¡Vimos cocodrilos!
Al día siguiente nos fuimos a visitar Agua Azul, Misol-ha y las ruinas de Palenque. A las 6 de la mañana nos recogieron en los bungalows y nos dejaron de regreso a las 9:30 de la noche. Nos quedó el cuerpo baldado de tanto recorrido, pero valió la pena. En Palenque sudamos todo lo que no habíamos sudado desde que habíamos aterrizado en México. Parecía una sauna a todo vapor. Es una lástima que la excursión estuviera planteada al revés. Y aquí dejo la recomendación: es mejor plantear la excursión de manera que se llegue a Palenque a media mañana, cuando el calor no arrecia tanto, y luego, ya en el camino de regreso, pasar por Agua Azul, donde es posible bañarse y refrecarse.
Fuimos a ver la Cascada del Chiflón. Nadie nos advirtió que si llegas a lo alto el agua que mueve la brisa te deja completamente empapado, no llevábamos ropa de recambio, así que no pudimos experimentarlo. Quienes volvían mojados del último tramo parecían muy contentos.
La última excursión que hicimos fue a las lagunas de Montebello, tocando la frontera con Guatemala. Es una excursión larga, casi tanto como la de Palenque, el paisaje y las lagunas forman parte de un parque natural que está muy cuidado.
Nosotros ya no hicimos más excursiones, preferimos dedicar el tiempo a recorrer los mercadillos de San Cristóbal y a deleitarnos con sus casas de tejados.
Recomiendo mucho visitar Chiapas. La belleza del lugar lo aconseja. Es ideal para ecoturismo y su café es delicioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario